Acabo
de leer
un chiste de mierda. Resumiendo, iba de lo siguiente: una pareja
hombre-mujer estaba en la cama con toda la onda, hasta que la chica
le dice que ya no tiene ganas, que él no se conecta con sus
necesidades emocionales como mujer. Entonces, al día siguiente, el
tipo la lleva de compras y le dice que agarrara todo lo que quisiera.
Faltando una persona en
la fila
para pagar, le dice que ya no tiene ganas de comprarle todo eso, que
ella no se conecta con sus necesidades financieras como hombre.
Me dio mucha rabia el chiste en sí, pero creo que el disparador de mi ira fueron los comentarios de hombres en el mismo plan: "Jajaja, es así, para que vean lo que se siente".
No
voy a hablar del viejísimo concepto de que la mujer debe ser
mantenida económicamente por el hombre, que ya lo conocemos todos y
creo que lo entendemos. Voy a hablar del otro concepto del cual se
habla muy poco: que
los hombres tienen derecho al sexo (para el cual tienen que estar
siempre disponibles) y que las mujeres se lo debemos a los hombres.
Este
concepto que tenemos de nuestros roles sexuales (el hombre
permanentemente complacido, la mujer permanentemente complaciente)
nos hace perder la noción de la realidad. Este chiste me obligó a
listar cuestiones más realistas y respetuosas de los derechos y
sentimientos de las personas:
-Las mujeres no le debemos sexo a nadie, por más amables que sean con nosotras.
-Los hombres no tienen derecho al sexo como recompensa por sus "buenas acciones", y no tienen que "portarse bien" solo por una futura recompensa, sino porque somos todos seres humanos, maldita sea.
-Tanto mujeres como hombres tenemos derecho a dar consentimiento y a retirarlo. Podemos cambiar nuestra opinión sobre continuar o no un acto sexual y tenemos derecho a que estas decisiones sean respetadas.
-Tanto mujeres como hombres somos susceptibles de que el cuerpo "no nos responda" (falta de lubricación, falta de erección, nervios, miedo), y ninguno está obligado a seguir si no es lo que desea.
Podría
seguir, pero básicamente esto es lo que más se ajusta al chiste
mencionado al principio.
Al
machismo le encantaría afirmar que me estoy volviendo una amargada
para validar sus estereotipos. Sigo teniendo sentido del humor,
gracias, pero
ya no me dan
risa
los chistes baratos basados en la opresión y en
la completa ignorancia de la mitad de la población.