Puede que este sea el momento
apropiado para volver a delimitar ciertas interacciones con ciertas
personas. Es verdad que esto es algo que todos hacemos cada tanto,
inclusive sin darnos cuenta, pero tal vez en este momento las
circunstancias se presten para llevarlo a cabo conscientemente y, ¿por
qué no?, para detenerme a analizar, así sea tan solo de modo
superficial, los motivos que me conducen a desear esta reorganización.
Básicamente,
sigo siendo yo, aunque ya no soy la misma. Conservo mi posición de
siempre acerca de muchas cosas, pero no puedo ni debo negar que he
cambiado, que estoy cambiando y que cambiaré más aun en el futuro. Crezco,
conozco más, sé más, y eso me hace diferente a la que era hace unos
años: más sensata, más preparada, más tolerante. Más pulida. Menos
egoísta. Mejor persona, o por lo menos con más ganas de serlo.
Y
aquí es donde entro a chocar con algunas de mis relaciones. No se
puede, por supuesto, coincidir en todo con todos. Las diferencias son
necesarias y enriquecedoras, así que no precisamente por chocar voy a
evitar todo contacto con quien choque conmigo, pues es importante que
diferentes puntos de vista se alimenten mutuamente.
Hay
que tener presente, también, que en los casos de choque irreconciliable en los
cuales las diferencias son tantas que no se puede hablar prácticamente
de nada, no necesariamente responderé con total odio hacia la persona
con quien estas diferencias se presenten.
Pero, cuando todo diálogo es
insostenible, posiblemente convenga alejarme un poco. Noté la existencia de personas que parecen haberse estancado en el momento en que las conocí, sin asimilar los miles de cambios que han sucedido desde entonces; que piensan que tienen la razón en todo momento; que siempre evitan el cruce de ideas. Noté, y no sé cómo no me di cuenta antes, que quienes se muestran conservadores extremos en algún punto, fácilmente pueden mostrarse conservadores extremos en el resto de los puntos que se puedan debatir. Se resisten a lo desconocido cuando lo desconocido existe y modifica lo conocido constantemente.
Por esta actitud, entonces, tan opuesta a la mía de intentar manejar lo mejor posible la diversidad y los cambios, es que se ocasiona un choque irreconciliable. Así que en esto consistirá la restructuración que pretendo hacer: por mi bienestar y por bienestar de ellos, creo que lo más apropiado (al menos momentáneamente) es evitar el contacto y acercarme, en cambio, a personas que puedan enseñarme y aprender de mí, que estén dispuestas a escucharme y que las escuche. Un cambio de mis relaciones, en fin, que espero me haga bien, aunque no sé qué tan «diplomático» sea realmente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario