domingo, 14 de febrero de 2010

Tu propio árbol genealógico

Ocasionalmente nos vemos en la siguiente situación: no sabemos qué decir o cómo comportarnos cuando estamos en un grupo que conversa de un tema que escapa a nuestro conocimiento, cuando hablan de algo que no entendemos.

No por gusto, sino por obligación, me veo atrapada en un grupo de personas que constantemente hablan de un tema que tienen en común, y me sucede lo que acabo de mencionar. Resulta que yo no tengo ese tema en común con el resto del grupo, lo que me deja "excluida".

¿Cuál es ese tema? La descendencia, tener hijos/as, ser madres (sí, las personas de ese grupo son todas mujeres). Hablan de eso como si fuera absolutamente lo único productivo que han hecho en sus vidas y, encima, como si las personas que no tienen hijos/as son inútiles para el mundo. Quedo, entonces, apartada, por no tener hijos/as, según ellas; y por tener ideas bastante originales en relación con el tema, según yo misma. El estar apartada, no obstante, no evita que escuche las conversaciones que tienen. Es más, a veces se dirigen a mí, intentando aconsejarme.

No repetiré las cosas que dicen, no, no lo haré. Es suficiente con escucharlas todos los días. Sí mencionaré, sin embargo, que hay una idea que siempre he tenido y que crece más y más (sobre todo después de haber conocido a personas como las de este grupo): no quiero ser madre.

Realmente no veo necesidad alguna en tener un hijo/a. Es una responsabilidad demasiado grande para la cual jamás estaré preparada. Además, soy alguien muy egoísta como para ocuparme de alguien más con tanta devoción.

¿Qué tan grave es que yo no tenga descendencia? Por un lado estoy yo, con cero hijos/as, y por otro lado está mi vecina, con cuatro. La raza humana no se extinguirá por eso. Es más, es una gran contribución al mundo, que se encuentra superpoblado. Me resulta molesto que mucha gente crea que esta opinión mía es mala, y más molesto aún me parece que crean que el ser madre o ser padre es una obligación para todas las personas. No deberían condenar así a toda la gente, es un mundo libre y lleno de posibilidades.

Si alguna vez el deseo maternal se apoderase de mí, creo que la mejor opción sería la adopción. Pensémoslo, hay un exceso de criaturas que necesitan de alguien que cuide apropiadamente de ellas, y una escasez de padres y madres responsables. De nuevo, ayudaríamos a equilibrar la situación crítica en la que se encuentra este mundo. También he oído indignantes respuestas acerca de esta opinión mía: muchas personas realmente piensan no solamente que es obligatorio tener hijos/as, sino que un hijo o una hija no lo es a menos que haya sido concebido/a por mí misma. Creo que es una idea ridícula, una cosa es ser padre o madre, y otra cosa muy diferente es ser padre biológico o madre biológica.

Otra idea extraña que surge en la mente de muchas personas es que en la vejez necesitarán alguien que se haga cargo de ellas. No saben que cada vez es más común la costumbre de enviar a la gente anciana a los asilos, no saben siquiera si llegarán a la vejez, y no saben cómo vivir su presente, lo cual hace muy ridículo el hecho de pensar en su futuro, sobre todo un futuro tan lejano y tan incierto.

Es verdad que hoy puedo decir una cosa y mañana hacer otra, pero es mejor tener una vaga idea de lo que quiero a tener que decidir constantemente.

1 comentario:

  1. Ser o no ser, en tu mente esta la decisión, pero en tu matriz se concretaran tus ideas, mujer, las vida depara caminos extraños, de hecho el acto de concepción es toda una proeza de los pequeños espermas que tratan de fecundar a un ovuló, tu cuerpo mismo los ataca y los rechaza, esa es la ley, pero algún que otro llegara a su meta... quizás algún día se produzca el milagro.. o quizás no..

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