Fuente: http://goo.gl/J7exwx
Recientemente, perdí un total de diez kilos. Mucha gente me dice que me ve más delgada, y eso no me hace sentir para nada bien. En esta pequeña serie de cuatro partes, voy a explicar por qué. Imagino que habrá mucha gente que se sentirá identificada, al menos en parte, pero voy a exponer una perspectiva muy personal, por lo que mis vivencias no necesariamente reflejan las vivencias de otras personas en esta situación.
1. Nadie tiene por qué darme una opinión que no pedí sobre mi
cuerpo
No puedo soportar
que las personas asuman que está bien comentar sobre el cuerpo ajeno
sin pedir permiso. No hay diferencia para mí entre la amiga que te
dice que estás flaca y el desconocido que te elogia el culo cada vez
que pasás frente a él en la esquina. Yo sé que las intenciones son
buenas, pero las intenciones no siempre tienen el resultado esperado.
No estoy de acuerdo con que “flaca” sea un cumplido.
En la pubertad, de
un día para el otro, tomé conciencia de mi cuerpo y tomé la
conclusión de que ese cuerpo era feo, que yo era fea. Desde los doce
años siento que mi cuerpo no es adecuado: no tiene el tamaño
adecuado, la forma adecuada, la piel adecuada. Y no estoy sola, casi
cualquier mujer puede decir algo similar. Si bien al pasar los años
una aprende a aceptar ciertas cosas, la verdad es que muchas mujeres
nos sentimos incómodas y molestas por tener el cuerpo que tenemos
por el resto de la vida. Y esto sucede a veces incluso después de
hacer todo lo que creemos que tenemos que hacer para no odiarnos.
Seguimos odiándonos después de bajar los kilos que nos propusimos,
después de marcar músculo, después del tratamiento para el acné,
después del alisado de cabello, después de la cirugía.
Para una persona que
sufrió por años tratando de disimular que tiene un cuerpo, no es
agradable escuchar que la gente se da cuenta de la existencia de su
cuerpo. Y no es agradable escucharlo en el tono en que lo dicen, con
alegría, con ánimo, sin dejar ninguna duda de que están contentos
porque ahora tenga este nuevo cuerpo más lindo que el de antes.
Porque ese cuerpo de antes seguía siendo yo, y es una mierda
escuchar que la gente, sin ningún problema, te dice que antes no
valía la pena mirarte o notar tu existencia y ahora sí.
Porque no puedo
saber qué otra persona pueda estar sintiendo lo mismo, yo decidí no
volver a hacer jamás ningún comentario sobre el cuerpo de nadie si
no me lo piden ni me dan permiso. Decidí pensar en esto que antes
hacía sin pensar. Y me alegrará si leer esto hace que alguien más
reflexione sobre lo que daba por hecho (el derecho de opinar sobre el
cuerpo ajeno) y tome una decisión.
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